Hay una magia en una mañana de Navidad que nunca deja de sorprender.
Independientemente de las luchas, las desilusiones y la tristeza que hayamos experimentado durante el año, despertar en ese glorioso día es especial. Despierta en nosotros un asombro infantil ante el milagro que nació hace tantos siglos. Un Salvador ha venido a estar entre nosotros para sanar nuestras heridas e inculcarnos los dones que pueden hacer de nuestro mundo un lugar mejor para todos.
En la mañana de Navidad, todo es posible. Si tan solo pudiera ser así todos los días, lo deseamos.
Puede, por supuesto, si lo permitimos. El espíritu de este día no tiene por qué acabar cuando se abren los regalos de Navidad, se limpian los platos, los familiares se van a casa y las sobras de pavo se van al frigorífico. Mañana no tenemos que «volver a la normalidad» hasta el próximo año cuando podamos hacerlo todo de nuevo.
El niño que nace en ese pesebre está con nosotros todo el año. Ese es el mensaje de nuestra fe, un mensaje de buenas nuevas que podemos difundir en todo lo que hacemos. Puede ser a través de una palabra amable, un acto de caridad o haciendo un favor a alguien que lo necesita. Sea lo que sea, se hace con el espíritu que brotó de esa primera mañana de Navidad.
Es un hecho que estas últimas temporadas navideñas han sido difíciles. Hemos visto cómo la pandemia ha hecho que nuestras vidas sean más estresantes. Más personas se sienten solas, más sufren, más han sido empujados a las filas de los marginados. Anhelamos y oramos por días más brillantes por delante.
El día de Navidad no cambiará el mundo, pero nos recuerda que hay un niño que nació para ayudarnos a hacer precisamente eso.
‘Este día te ha nacido un Salvador’ no es un mensaje del pasado lejano. Es un anuncio de un hecho espléndido y emocionante que está ocurriendo entre nosotros en este mismo momento. Cada día y cada hora nos nace verdaderamente un Salvador que es Cristo el Señor, como en la primera mañana de Navidad. ‘Dios está con nosotros’ en nuestra carne tan realmente como lo estuvo en medio de los adoradores grupos de pastores y magos «.
Que todos tus días estén llenos del verdadero espíritu navideño.
Usted está leyendo este artículo gracias a la generosidad suya o de otros muchos lectores como usted que hacen posible este maravilloso proyecto de evangelización, que se llama Hispanos Católicos. Su ayuda nos permitirá:
- Cubrir los costos y necesidades económicas de la página web
- Mejorar y aumentar nuestro contenido
- Llegar a más católicos y acercarlos a Dios con un periodismo positivo
Necesitamos su apoyo para seguir ofreciendo este servicio de evangelización para cada persona, sin importar el país en el que viven o el dinero que tienen. Ofrecer su contribución, por más pequeña que sea, lleva solo un minuto. Gracias!