By Hispanos Católicos

Con la llegada de marzo viene también algo que es esperado por muchos: el cambio de hora. Aunque no lo crea (porque parece que fue hace no mucho que retrasaron sus relojes y durmieron una hora más) en Canadá y Estados Unidos comienza este fin de semana, nuevamente, el Daylight Saving Time.

Así es. A las 2:00 am del domingo 8 de marzo (es decir, de sábado para domingo), los relojes de sus dispositivos electrónicos (computadores, laptops, celulares) cambiarán a las 3:00 am, lo que implica que al despertarse usted tendrá que adelantar una hora el resto de sus relojes (pulsera, electrodomésticos, de pared).

Con la llegada del Daylight Saving Time, también llamado hora de verano, comienza entonces la sensación de que la primavera está ahí mismito (oficialmente, llegará el 19 de marzo) y que es cuestión de paciencia para volver a caminar por las calles con unos simples zapatos deportivos e ir dejando las botas a un lado. Además, es cada vez más evidente la extensión de los días (con más luz), con noches cada vez más cortas, que alcanza su clímax con el solsticio de verano (el día más largo del año), previsto para el día 20 de junio.

Pero el cambio de hora para entrar en modo «primavera-verano» también tiene otras implicaciones:

  • Investigadores de la Universidad de Columbia Británica aseveran que durante los tres días siguientes al cambio de hora ocurren entre 5 y 7% más de accidentes de tránsito mortales.
  • Otro estudio, realizado en Estados Unidos (2014), advirtió  que el cambio de hora en la primavera aumenta los riesgos de padecer un accidente cardiovascular. ¿La explicación? El cambio genera una fuerte incidencia en el hombre, incluso más fuerte que el desfase horario (jet lag). Al afectar el ritmo circadianodel cuerpo, muchas más personas podrían sufrir crisis cardíacas el lunes siguiente al cambio de hora. Los primeros en sentir el cambio son aquellos que sufren de insomnio, pero éstos no son los únicos.
  • Otro estudio, de 2011, realizado por la Universidad de Alabama, encontró que durante los dos días siguientes el cambio de hora aumenta en 10% el riesgo de ataques al corazón.

¿Qué hacer?

  • Expertos recomiendan irse a la cama 15 minutos más temprano, cada día, para compensar la hora “perdida”.
  • Cepillarse los dientes, vestir el pijama y leer en la cama pueden estimularle para seguir con el horario de sueño normal.
  • Adelantar el reloj (no más de 15 minutos) puede ser una forma de manipular su horario y por ende irse acostumbrando a la nueva hora para dormir.
  • Si adelanta la hora de dormir en 15 minutos, cada día, para finales de la semana -tras el cambio de hora- el cuerpo debería estar completamente ajustado.
  • Tomar una bebida caliente, sin cafeína, una hora y media antes de ir a la cama, puede ayudarle a relajarse y sentirse cómodo. También sirve tomar una ducha con agua caliente.
  • Será mucho más fácil dormir en un cuarto oscuro, como recomendó la bloguera de NM, Maira Prado, en uno de sus artículos: alejar los teléfonos celulares y tabletas de la cama a la hora de dormir puede ayudarle a conciliar más fácilmente el sueño. De acuerdo con un estudio realizado en 2014 por el British National Institutes of Health, las personas que utilizan sus iPads antes de dormir segregan menos hormonas del sueño (melatonina) que las personas que leen un libro.
  • Si no tiene sueño trate de no preocuparse, el estresarse por ello puede ser contraproducente y comenzar una especie de círculo vicioso.
  • Trate de no tomar bebidas con cafeína al final de la tarde y mantenga una temperatura agradable en su hogar.

Cada año se cambia la hora con la intención de ahorrar energía, aunque especialistas insisten en que la acción no es del todo positiva, si se considera que a muchos genera problemas para dormir y, además, genera un mayor consumo de calefacción que afecta el verdadero ahorro de energía.

 

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