Por Alexander Terrazas *
Jéssica Wong, es una religiosa de nacionalidad china que forma parte de la agrupación musical Siervas y que sintió el llamado a la vocación de ser monja durante la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) 2002, que se realizó junto al Papa Juan Pablo II en la ciudad de Toronto, Canadá. Wong nació en la China comunista, pero en el seno de una familia profundamente cristiana, sus abuelos eran católicos, su padre era acólito y su madre cantaba en el coro de la parroquia, donde le inculcaron la fe.
En una entrevista con Hispanos Católicos, ante la pregunta sobre cómo descubrió su vocación para la vida consagrada, la ahora hermana Jéssica Wong, contó los detalles del proceso de su conversación religiosa.
“Mi conversión fue un proceso de largo tiempo, pero un momento importante y especial para mí fue en Toronto, durante la Jornada Mundial de la Juventud con el Papa Juan Pablo II en 2002. En ese tiempo todavía no estaba muy convertida del todo, pero cuando vi bajar al Papa del avión a través de la televisión, yo empecé a llorar. Lloraba y lloraba. En ese momento yo descubrí un encuentro personal con Jesús, descubrí que Jesús es una persona real, que estaba en mi vida”, confesó Wong, con una amplia sonrisa, quien en ese momento vivía junto a sus padres en la ciudad de Toronto.
De hecho, sus padres migraron a Canadá hace tres décadas cuando Jéssica era una niña y ellos todavía continúan viviendo en este país. Tiene un hermano varón que reside en Hong Kong. A pesar de la distancia de su familia, ella cuenta que se mantienen en contacto por medio de la tecnología, porque considera que la familia es muy importante.
Entonces, después de la visita del Papa Juan Pablo II a Toronto, -la última de su papado antes de morir-, la hermana Jéssica contó que su fe empezó a crecer y que su relación con Jesús fue cada vez más profunda. Y, cuando terminó sus estudios universitarios, se puso en un tiempo de oración asistiendo a misa todos los días, rezando el Rosario, visitando al Santísimo y participando de los retiros de jóvenes; sin embargo, afirma que todo eso no le llenaba y seguía buscando algo más en la Iglesia.
“Yo estudié en la universidad ‘Computer Design’ y estaba trabajando, quería hacer programas para ayudar a cambiar el mundo, pero descubro que eso tampoco no me bastaba. A pesar del trabajo, yo le dedicaba el tiempo a Dios, pero no me bastaba quería algo más”, confiesa Wong, quien es completamente trilingüe (habla chino, inglés y español).
Pero fue realmente en una misión católica en Perú donde la ahora hermana Jéssica conoció la comunidad Siervas del Plan de Dios y allí encontró las respuestas que andaba buscando y lo hizo de una manera muy curiosa, a través de los cantos de la congregación. “Aunque yo no hablaba ni entendía el español, me tocaba mucho el corazón las canciones. Y así, poco a poco ahí tuve un llamado más fuerte y con el paso de los años, con la ayuda de mis hermanas y los sacerdotes, me di cuenta de lo que Dios quería de mí”.
Ahora, ya han pasado 11 años desde que la hermana Jéssica, le dio el sí al Señor y gracias a ese compromiso está ahí, en la agrupación musical Siervas, tocando el clarinete, muy feliz. “Me siento muy feliz de ser religiosa”, dice entusiasmada y siempre con una sonrisa dibujada en su rostro, que refleja realmente el amor de Dios.
Y termina su testimonio con una frase que siempre guarda en su corazón para compartirlo con todo el mundo. “Cuando yo entendí, que Dios respondió todas mis preguntas y dudas, descubro que Jesús es la razón y la respuesta de la felicidad. ¡Quiero que todo el mundo sepa esto! Así Dios me ha llevado a seguirlo a Él dando toda mi vida, anunciando que Jesús es la respuesta de la felicidad verdadera”, asegura la hermana Jéssica Wong.
* Editor Hispanos Católicos