Por Alexander Terrazas *
La comunidad hispana de Toronto en Canadá y el pueblo de Tumaco en Colombia, acaban de perder a uno de sus hijos predilectos: el Padre Juan Triviño cuya extraordinaria vida estuvo marcada por su carisma, sencillez, buen humor, servicio y enseñanzas del Evangelio.
El Padre Juan, como le llamábamos de cariño, era un amigo del inmigrante, un verdadero guía espiritual, no solo de palabras sino de hechos porque sabía mostrar los caminos -al recién llegado- por dónde transitar en un país extranjero y frío. A pesar de llevar una vida ajetreada y de sufrir muchas dolencias, siempre se daba el tiempo para atender a todo aquel que se le acercaba a pedirle un consejo o una bendición.
Antes y después de cada misa, solía saludar a sus files, estrechaba la mano, repartía abrazos, daba consejos, hacía bromas y siempre expresaba palabras de aliento para animar a las personas. Tenía un gran corazón y siempre estuvo a lado de los más necesitados.
Tuve la oportunidad de conocerlo personalmente y a través de su gran servicio a la comunidad hispana, aprendí a seguirlo y admirarlo. Había llegado a la ciudad de Toronto en 2.000 y desde entonces no había parado de trabajar en su ministerio sacerdotal. En sus casi 20 años de servicio en Toronto, fue pastor de la parroquia Santo Tomás de Aquino, Santiago Apóstol, Santa Clara, San Wenceslao y capellán de las parroquias de Bradford y Whitby. En los últimos años de su vida, fue director espiritual de la Renovación Carismática Católica Hispana de Toronto y colaborador de las diferentes parroquias hispanas.
El Padre Juan era una gran persona que tenía sus propias pasiones. Le gustaba escuchar vallenatos, hablar de fútbol y política. Le encantaban los medios de comunicación, tenía su columna semanal ‘Por los Caminos del Señor’ que publicaba en varios semanarios hispanos y durante un tiempo tuvo su programa de radio en Voces Latinas.
En su andar por la gélida ciudad de Toronto, siempre añoraba regresar a su natal Colombia. Nunca olvidó sus raíces, su gente y a los ahijados de la tierra que lo vio nacer y partir, en Tumaco, donde Dios le dio la dicha de vivir los últimos días de su vida. Las noticias que llegaron señalan que el Padre Juan padecía de una neumonía aguda y que su noble corazón no pudo resistir y se pagó el domingo 26 de abril, a sus 63 años. Su muerte ha provocado un gran pesar en toda la comunidad hispana de Toronto y de su natal Tumaco. Las redes sociales se han inundado con condolencias, fotografías, videos y mensajes dedicados al Padre Juan. ¡Su ejemplo y sus enseñanzas siempre perdurarán en nuestros corazones…Que descanse en Paz querido Padre Juan!
- Periodista boliviano