«Y no temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; temed
más bien a aquel que puede llevar a la perdición alma y cuerpo en la gehenna."
Mateo, 10
No tengan “miedo” decía San Juan Pablo II en muchos encuentros con la gente. El
con coraje invitaba siempre a estar siempre cerca de Jesús. También hago eco de
sus palabras no tengan miedo de volver a la Iglesia. El miedo no evita la muerte
mas no nos deja vivir el hoy. Ciertamente el riesgo de contraer el covid 19 está
latente pero siguiendo las indicaciones pertinentes de las autoridades de salud el
riesgo de contagio disminuye considerablemente. Está claro que si tenemos fiebre
o algún síntoma de la enfermedad por prudencia no tenemos que venir al templo.
Más riesgo uno corre yendo al supermercado para comprar alimentos que viniendo
a la iglesia. Aunque la iglesia esté operativa en un 30 % de su capacidad y no en
su capacidad completa os animo a acercarse. La verdadera preocupación que
deberíamos tener es entrar en una apatía espiritual. La comodidad nos hace
enemigos de la cruz de Cristo. Esto es mas tangible en una casa donde existe
mucha comodidad y los miembros de la casa se quejan cada vez que tienen que
colaborar en algo en el mantenimiento del orden y la limpieza de la casa…por
ejemplo el simple hecho de sacar la basura afuera o cortar el césped o sacar los
platos sucios de la mesa. El resultado de esto es una discusión constante. Sin
ponernos en presencia de Dios y de nuestros hermanos no hay conversión. Sin
espíritu de Dios los integrantes de una casa se distancian unos de otros, no se
ayudan, no se corrigen, no se edifican. Por esta razón es conveniente acercarse a la
Iglesia para nutrirnos con el cuerpo y la sangre de Cristo que nos da la fuerza para
hacer y buscar hacer la voluntad de Dios.

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