Por Padre Ricardo Quiñones/Párroco de La Sagrada Familia en Ottawa
Quisiera empezar esta reflexión con esta oración.
“Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía, Señor, tu Espíritu. Que renueve la faz de la Tierra.
… Oh Dios, que aleccionaste los corazones de tus fieles con la ciencia del Espíritu Santo, haz, que guiados por ese mismo Espíritu, saboreemos la dulzura del bien y gocemos siempre de tus divinos consuelos. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.”
Señor, envía tu espíritu para renovar la faz de la tierra…………….necesitamos renovar nuestro interior, nuestro corazón con el espíritu de Dios. Digo esto por el hecho que el mundo no ve ni conoce. Como era la vida antes de la pandemia?. Nunca había tiempo para cosas espirituales. Un mundo donde el materialismo y el egoísmo se han erigído como valores absolutos o ídolos. Como se vivía la semana santa?……viajes de placer….holidays ya que no se habla de vivir la semana santa. El mundo se ha alejado de Dios. Porque no creen en Dios ni en Jesucristo ni en el que Jesús enviaría, y ya lo decía el evangelio de San Juan (14:15-17)»Si me amáis, guardaréis mis mandamientos; y yo pediré al Padre y os dará otro Paráclito, para que esté con vosotros para siempre, el Espíritu de la verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque no le ve ni le conoce. Pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros.” El espíritu que movió a San Francisco, a San Ignacio, a San Juan Pablo II, a Santa Teresa de Calcuta y muchos otros que han vivido sus vidas saboreando la dulzura de hacer el bien. Y han experimentado la consolación que viene del espíritu de Dios frente a las dificultades que enfrentaron en su tiempo. Los Santos han sido a lo largo de los siglos para los cristianos como las estrellas para los antiguos marineros que los guiaban a buen puerto. También para nosotros hoy es válido poder meditar sus enseñanzas y obras y poder seguir sus buenos ejemplos.
Como se percibe este proceso de vuelta a la “normalidad” . Vemos que la apertura de la iglesia no lo ven como algo esencial. Nunca cerró la licorería, el local donde se consume droga, la comida. Es una visión muy pobre que se tiene del hombre. Una visión sin identidad, el hombre a perdido su referencia con Dios. En otras palabras emborráchate, consume droga y come. Eso es “si que es esencial”. Y no se reconoce el don de Dios ya manifestado en Jesucristo y de manera similar al Espíritu Santo a través de la Iglesia.
Como se manifiesta la falta de Espíritu de Dios, muchos suicidios, muchas sobredosis, mucha violencia intrafamiliar. Matrimonios que quieren separarse.
El espíritu de Dios es esencial para el hombre, sin el Espíritu Santo no hay nada puro en el corazón del hombre. Pidamos a Dios este don maravilloso y esencial para todos nosotros. Espíritu que nos hace clamar a Dios en la oración, lléname de tu espíritu para llevar a cabo la obra que me encomiendas……..ser padre, ser madre, ser hijo, ser profesional cristiano, ser obrero cristiano….en lo que haga ponga yo amor.