Por Alexander Terrazas

El Padre Francisco Javier Fernández Siles, es un sacerdote de origen español, profundamente agradecido de haber experimentado a Dios en mi vida. Nació el 13 de febrero de 1974 en Granada, España. Cuando era pequeño quería ser de adulto futbolista y banquero, pero su vida dio un giro inesperado a sus 12 años cuando falleció su padre. Pasó por una época de rebeldía muy difícil y estuvo al borde el suicidio hasta que conoció al Señor a través del Camino Neocatecumenal y, en 1999, fue enviado al Seminario Redemptoris Mater de Toronto.

Actualmente pastorea la Iglesia San Juan El Evangelista (St. John The Evangelistwh) en Whitby, y lidera el Consejo Hispano de Sacerdotes de la Arquidiócesis de Toronto. En la entrevista con Hispanos Católicos, le preguntamos de todo, sobre su vida, su vocación sacerdotal, sus planes y cómo está viviendo su fe durante la pandemia del Covid-19.

¿Cómo nació mi vocación para el sacerdocio?

Sentí la vocación al presbiterado como agradecimiento y respuesta a como Dios había transformado mi vida. Cuando tenía 12 años mi padre falleció y no pude aceptarlo. Esto me llevó a una época de rebeldía en la que tuve mucha ira contra mi madre, mi hermano y otras personas. Buscaba la felicidad y creía que podía encontrarla yendo a discotecas, bebiendo y teniendo una novia. Pero, en vez de sentirme satisfecho, me sentía vacío y esto me frustraba. Creía que Dios tenía la culpa de que me sintiera así y no practicaba la fe. Poco a poco entré en una depresión más profunda y cada vez me sentía más vacío. Cuando tenia 22 años experimente que mi vida no tenía ningún sentido y no merecía la pena seguir viviendo. En ese momento, cuando veía que estaba en una profunda crisis, fui a confesarme y Dios me perdonó y me resucitó. Mi vida se transformó por completo y me dio el deseo de seguir viviendo. A través de un movimiento en la Iglesia, Camino Neocatecumenal, me ayudo a experimentar su amor y a crecer en la fe como comunidad. También, me ayudó a tener paz y a reconciliarme con los que vivían conmigo. Como fruto de la obra de Dios, sentí que Dios me llamaba a compartir y a anunciar lo que había experimentado. A través del Camino Neocatecumenal, fue enviado al Seminario Redemptoris Mater de Toronto en el 1999. Una aventura que nunca había planeado.

¿Dónde realicé mis estudios para ser sacerdote?

Estudié Filosofía en el Seminario de San Felipe en Toronto del 1999 al 2001.

Estudié Teología en el Seminario de San Agustín en Toronto del 2001 al 2008.

¿Cómo fue mi primera misa, la recuerda?

Fue el 10 de Mayo del 2008 en la Iglesia de Guadalupe en Toronto. Era la Vigilia de Pentecostés y mi familia, hermanos en la fe de Granada y parroquianos de Toronto estaban presente. Sentí un enorme agradecimiento de poder experimentar como Dios ha sido fiel en mi vida y lo será en todo el resto de mi vida.

¿Cómo era mi hogar? ¿A qué se dedicaban mis padres?

Mi familia era muy católica y practicante. Era un hogar donde había mucho amor y cariño. Mi niñez fue muy bonita y disfruté mucho. Mi padre era banquero y mi madre ama de casa. Quería vivir como otros amigos con unos padres saludables y que salieran juntos y disfrutaran. Esto sucedió al principio, pero luego todo cambió. Mi padre estaba enfermo con cirrosis, producida por los medicamentos que le habían dado cuando era joven. Esto provocó que muchas veces fue ingresado en el hospital y yo estuviera solo con mi hermano.

¿Cómo era el lugar donde nació y vivió?

Granada es una preciosa ciudad al sureste de España. Tiene mucha historia con muchos monumentos y lugares turísticos. Siempre me gusta visitarla y ver a mis amigos.

¿Qué imágenes y olores me vienen a la mente de mi tierra natal?

Sobre todo, los olivos, el jamón serrano y el olor de la playa.

¿Qué es lo que más recuerda de su país de origen?

Los paseos por las calles de Granada viendo el barrio del Albaicín al fondo y los amigos de la Iglesia.

¿Qué me hace feliz? ¿Qué me causa tristeza?

Me hace feliz cuando estoy con gente y veo cómo responden al amor de Dios y sus vidas se transforman. Me causa tristeza cuando me enfado con alguien o me impaciento.

¿Qué palabra me describe mejor a mí?

Agradecido de haber experimentado a Dios en mi vida.

¿Cuál es el último libro que he leído?

La sangre de la alianza de Cardenal Albert Vanhoye.

Cómo fue mi llegada a Canadá, ¿Cuál fue mi primer trabajo?

Llegué a Canadá para entrar en el Seminario de Toronto

¿Cuándo fui nombrado párroco y cuáles son los desafíos de mi parroquia?

Fui nombrado párroco en Enero del 2020. Los desafíos son hacer que las familias regresen a la Iglesia después en este tiempo de pandemia.

¿Cuándo fui elegido coordinador del Consejo de sacerdotes hispanos y cuál es la tarea principal de esta organización?

Fui nombrado en Octubre del 2020. La tarea principal es ayudarnos para organizar actividades conjuntas y que se haga visible que hay una comunidad hispana en Toronto. El acontecimiento fundamental es la peregrinación a Midland en Agosto.

¿Cuál cree usted que es el aporte de la comunidad hispana-latinoamericana a la sociedad canadiense?

Trae fe, juventud y especialmente todos los valores familiares. Es muy importante todas las familias latinas en una sociedad donde no hay muchas familias. Ayuda a renovar la sociedad ya que también hay una alegría y amistad especial que aportan los latinos.

¿Cómo ha vivido la pandemia del COVID?

Gracias a Dios y a la ayuda de otros sacerdotes y el pueblo de Dios, me he sentido en paz y acompañado. La oración y la fraternidad ha sido fundamental sobre todo en el tiempo de encierro.

¿Qué opino de las disculpas de los obispos canadienses a los pueblos indígenas por los abusos registrados en las escuelas residenciales?

Creo que es muy importante el reconocer nuestros pecados como Iglesia y el poder establecer un diálogo con el pueblo indígena de Canadá. Pienso que este proceso y este diálogo es mucho más profundo ya que solo Dios puede curar estas heridas.

¿Qué mensaje me gustaría compartir con la comunidad hispana católica de Canadá?

Animarlos a seguir manteniendo los valores familiares y la fe que han recibido. No entrar en la cultura del dinero y del confort y perder nuestras raíces. La Iglesia Católica es muy importante en esta labor. Busquen y acudan a la Iglesia ya que les va ayudar a vivir bien en familia y en paz en Canadá.

 

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