Por Juan José Ramírez Restrepo/ Corresponsal en Vancouver
Juan Ignacio Lucca, sacerdote diocesano y de origen venezolano, concedió una entrevista a Hispanos Católicos. El Padre Juan fue ordenado el 3 de junio del 2017 y actualmente es pastor asociado de la parroquia St. Mary´s in Chilliwack British Columbia.
¿Cuáles son los retos que enfrenta la Iglesia Católica en estos tiempos?
Pues una de las cosas que me preocupa a mí, a los Obispos, es no ver a los feligreses, porque las Iglesias están cerradas, entonces muchos no sabemos cómo están, no sabemos dónde están. Hay unos que no hemos visto desde que empezó, entonces pensando sabes, como está el alma de cada uno. Como dicen las Escrituras, si alguien en el cuerpo de Cristo está sufriendo, todo el cuerpo sufre y el alma de un pastor siempre está buscando a las ovejas, entonces es como lo primero que me viene a la mente. Cada Iglesia, cada parroquia está sufriendo, muchas hemos estado cerrados ya por muchos meses y como todo nada es gratis, entonces pues aprendiendo como vivir. Yo sé que aquí en Vancouver cada sacerdote ha estado dando un poco de su salario para mantener las Iglesias lo más abierto posible; pero bueno con cosas difíciles también salen cosas buenas y bueno en eso estamos. He visto pues muchas ocasiones de mucha fe, personas que están regresando a la Iglesia, ósea que también no son cosas malas solamente, pero muchas cosas buenas. La pandemia ha forzado mucho que cada uno se vea dónde estoy yo con respecto a Dios, con respecto a mi familia y ya no me puedo esconder en muchas distracciones porque hasta las distracciones mías se han vuelto aburridas porque estoy encerrado con ellas todo el tiempo. Entonces cada uno se ha tenido que enfrentarse mucho y eso es bueno, a veces malo, pero se los damos en las manos del Señor.
¿Qué recomendaciones le daría a la gente para vivir su fe en estos tiempos de pandemia?
Primero que nada, yo me recuerdo cuando era chiquito, nosotros en la familia teníamos un cuarto, era como casi que un closet, pero era dedicado para Dios, entonces era como una capillita y si no tienen un cuarto pues hacer una esquina, una esquina que le pertenece a Dios, en la casa, no podemos ir a las Iglesias, hay que hacer en la casa una capilla, es lo primero que yo recomendaría porque tenerlo físico o sea ver la estatua de nuestro Señora, un crucifijo, tener velitas ahí nos recuerda, el simplemente verlo nos recuerda, ‘necesito tomar tiempo para estar con Dios’ y ya no tenemos la obligación de ir a Misa los Domingos. Bueno, nos ponemos la obligación nosotros mismos de mantener nuestra relación con Dios diariamente, es lo primero que yo recomendaría.
Lo segundo, es el sacramento de la confesión. La confesión nunca se ha limitado en esta pandemia, es como que, si Dios hubiera puesto un spot light, le está alumbrando la luz, como que la Misa, nosotros aquí en la parroquia tenemos niñitos ya en tercer grado que van a ir a cuarto grado que no han recibido su Primera Comunión, que en la comunión ha sido limitada, la
confirmación ha sido limitada ya están en grado 8, algunos ya en el grado 9. Los matrimonios con personas limitadas, todo ha sido limitado excepto la confesión. Hace cuanto nos confesamos,
lo normal, lo bueno, confesarse más o menos una vez al mes, confesarse una vez cada dos semanas es excelente y eso hay que ver mirando la vida de los santos. Entonces si llevo ya 5 meses sin confesarme, mira vuelve a casa regresa al Padre.
Lo tercero, mira en verdad que durante esta pandemia tenemos el tiempo que siempre hemos estado diciendo que necesitamos para crecer en la fe, de leer el libro que queríamos, de escuchar
los podcasts que queríamos, esto y lo otro. Hay muchas cosas en línea que están muy buenas. Ahorita estoy viendo la serie ‘The Chosen’ de la vida de Jesús, muy bonita, es como meditar las
escrituras. Nos ayuda a tener un tiempo durante el día donde pienso en nuestro Señor, capitán, mi maestro, mi Dios.
¿o sea que ver este tipo de series, escuchar podcasts que traten sobre cosas de nuestra fe y todas estas cosas pueden ser otra manera de enriquecer y vivir nuestra fe, a parte de los momentos de oración?
Claro, claro, puede ser hasta como leer un libro espiritual, pero un video bueno y bien hecho o escuchar un audio, si, muy bueno.
Padre ¿En estos tiempos en medio de la pandemia mucha gente se ha movido a trabajar en casa y hace muchas cosas? ¿Esto puede llevar a la gente a caer en una monotonía? ¿Qué recomendaría usted para no caer en esa monotonía sin dejar de lado los momentos de oración, de vivir la fe, incluso en la casa?
Sí, yo creo que vuelvo al silencio, en verdad, porque es como una música. Si la música nunca tiene pausa o momentos de silencio y todo el tiempo fuera constante sonido uno se cansa, pero cuando la música tiene los tiempos de pausa puestos perfectamente con intencionalidad, no por chance, uno se encuentra mucho más vivo y escuchando la música con mucho mas placer.
Es igual en la vida, si uno tiene un plan de vida, una regla de vida y dice mira: me levanto a esta hora, rezo a esta hora, trabajo a esta hora, como que siempre todos los días tengo un plan de vida para cumplir. Eso nos da libertad, San José María dijo que cada persona que tiene plan de vida, esta en el camino para la santidad y es verdad. Si uno no tiene un plan de vida y deja todo a chance, en verdad no somos santos, como pensar que es una utopía, ósea que todo va a servir bien. Hay que ser dirigentes en decir mira: me tengo que sentar a escribir un plan de vida para el
día de hoy, quiero hacer esto este tiempo y ser obedientes a ese plan de vida y en verdad que los santos nos han enseñado, los padres de la Iglesia, que es super importante tener un plan de vida
para alcanzar la santidad y para evitar la monotonía. Uno se vuelve ansioso porque tiene tantas cosas como que a la misa vez, entonces como que me siento a rezar ‘’ay se me olvide mandar el email’’ entonces bueno, manda el email rapidito y como que ay ‘’ahora tengo sed, tengo que tomar agua, después toma agua, ay ‘’voy a ir al baño,’’ entonces como que nunca se cumple las cosas, pero con un plan de vida, aunque eso suena como que la vida tuviera más, así como monotonía, en verdad uno encuentra una libertad muy grande, muy especial.
¿Qué cosas buenas esperan a la Iglesia este año?
Pues eso en verdad solamente Dios lo sabe creo yo, todos pensamos que esto iba a durar un mes al principio y ya llevamos uff, cuantos meses con esto, entonces quien sabe cuánto va a tardar, quien sabe quién se va a alejar de la Iglesia, quien se va a acercar. Todo eso al final se lo dejamos en las manos de Dios. Lo más importante que hay que reconocer es que las gracias de
Dios se dan no en el futuro, no en lo que pudiera ser, no en lo que debe ser. Las gracias de Dios se dan en el presente, entonces siempre vivir aquí, donde estoy, con las personas que me rodean
y allí encontrar la vocación que todos tenemos, esa de la santidad, de llegar al cielo y de la evangelización, llevar a los que nos rodean más cerca al cielo. Esas dos cosas en verdad si las estamos viviendo, estamos cumpliendo con nuestro deber y la voluntad de Dios.
¿En celebraciones o momentos importantes para nuestra fe, para la Iglesia, como la Cuaresma, Semana Santa o Pentecostés, va a cambiar algo? ¿Qué dice la Iglesia al respecto?
Sí. Yo creo que va a ser muy similar a la Cuaresma y la Pascua del año pasado, yo se que en diferentes Iglesias están tratando diferentes cosas. Yo acabo de comprar un FM transmitir, que es como una cosita donde la gente puede venir en sus carros, quedarse en sus carros y yo transmito la frecuencia de radio que yo ponga y la gente lo puede escuchar desde sus carros, pueden ir a Misa. Yo celebrando la Misa afuera y ellos escuchan desde sus carros. Solamente nos dejan tener 50 carros por alguna razón, ósea si los carros ahora transmiten COVID también pero ahí estamos inventando como traerle a Jesús a cada alma en la forma más reverente y más eficiente. Entonces bueno ahí estamos, luchando quien sabe cuánto dura, capaz y nos dejen tener otra vez 50 personas. Se que en diferentes partes han dejado diferentes cosas, a veces solo 10 personas, a veces dejan un porcentaje de la Iglesia, vamos a ver.
¿Cómo puede la gente vivir estos importantes momentos en medio de esta pandemia?
Pues yo lo que diría es, casi todas la Iglesias ahora están haciendo cosas en vivo, pues o sea en línea, y por ejemplo vienen el miércoles de ceniza, averiguar en tu parroquia como pueden recibir las cenizas. Cuando venga el Domingo de ramos, mientras ves la Misa en línea en tu casa cortar un ramo y tener un ramo en tus manos. Ósea hacer la fe personal, traer a la Iglesia a tu hogar. El día cuando se cubren los crucifijos y las estatuas con los velos de purpura. Entonces hacer lo mismo, en la casa, yo tengo un crucifijo, cubrirlo o si tengo unas estatuas, cubrirlas; hacer algo, cortar una camisa fea morada que tengas y hacerle los velos y tratar de vivir así en la casa la fe y el Viernes Santo donde se desvela la cruz y se venera, hacer lo mismo. Tener una cruz tapada y quitarle los pedacitos del velo morado cuando el Padre lo hace en la televisión. En Pascua, tener tu velita bautismal que representa tu vida en Cristo, todo tratar de vivir lo mas intimo posible y tener las cosas externas que ayudan a la fe interna a crecer. Si es triste en verdad no poder participar ahí en el sacramento, pero con lo que tenemos, Dios lo ve, cada acto de devoción, cada acto de reverencia y el nos va a bendecir con lo que podemos hacer.
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